Intentaré aportar un granito de arena en nuestro proyecto de llevar adelante nuestra Escuela, tan importante para todos nosotros y para mí especialmente. Empecé mi vida laboral en Taiga con 21 años (saliendo de magisterio en Blanquerna) y haré 46. Taiga forma parte de mi Vida en todos los aspectos. Hago una valoración positiva de todo este tiempo aunque a veces no ha sido fácil trabajar en equipo, en este sentido deberíamos aprender de los niños/as, ellos hacen que la convivencia sea más fácil y hermosa.

 

Los niños y niñas que me han acompañado en este viaje, todos han sido muy especiales, yo seguramente he aprendido mucho más de todos ellos/as que ellos/as de mí.

 

Creo que todos nuestros alumnos necesitan lo mismo que todos los niños y niñas de todo el mundo, sean de escuela especial, escuela ordinaria,…. . Todos necesitan: ser escuchados, sentirse importantes, acogidos y especiales y eso es lo que debemos hacer. Debemos ser capaces de entender lo que nos quieren comunicar, de escuchar sus preocupaciones por pequeñas que sean, sus intereses, respetar sus opiniones. Los Maestros acompañamos en este viaje y así deben sentirse acompañados, los chicos y las chicos son los Protagonistas y por tanto son y serán el hilo conductor de nuestro trabajo.

 

Pienso que como docente es importante tener una buena formación, unas programaciones y unas actividades muy bien diseñadas que ayuden a crecer (personal y educativamente) a nuestros alumnos, pero todo esto no tendrá ningún valor si no somos capaces de conseguir que los nuestros niños y niñas vengan a la escuela contentos, con ganas de aprender, de jugar, de risa y con la seguridad de que el adulto siempre les protegerá y velará por ellos/as. Tengo muy claro que ésta es la parte más difícil de nuestro trabajo. Hablar de alumnos “felices” es ya un éxito educativo.

 

 

Esther Jimenez